8 marzo, 2023

Fluyendo a los Enfoques de la Vida – Aprendiendo a Divertirte y a Crear Éxito Conscientemente

Al leer o escuchar el contenido de esta página estas eligiendo conscientemente, recordando y avisando a cada una de tus partes, que puedes evolucionar más elegantemente a través del amor y la alegría.

Todos nos hemos preguntado a que vine, cual es mi propósito, mi misión, vamos a sugerirte que vienes a aprender a divertirte y crear éxito conscientemente.

El primer énfasis esta en el aprender, no solo en divertirse, aprender a ser el que origina, a ser la fuente de la diversión. La palabra diversión continuamente esta expandiéndose y cambiando, lo que era divertido a los 5 es diferente de a los 15, de a los 20 lo examinas a los 30’s y tus opiniones son bastante diferentes. Aprender a divertirse es algo en lo que estás trabajando de manera continua y expresa durante toda tu vida.

De manera similar con el aprender a crear éxito conscientemente, nuevamente el énfasis esta en el aprender, no sólo en ser exitoso, no es sólo nacer en la familia correcta, asistir a la escuela correcta, obtener el empleo correcto y saber a quién adular correctamente. Significa aprender cómo crear la realidad conscientemente por medio de la cual seas exitoso y continuamente, repetimos, trabajar con esa definición de éxito.

El adolescente en cada persona tiene ciertas ideas de lo que es el éxito de los logros de una noche o un fin de semana, pero conforme te vuelves más viejo y más sabio, y te vuelves más consciente y más alerta, dichas definiciones se vuelven mucho más intrincadas, mucho más involucradas. y por tanto el aprendizaje se vuelve no más difícil, sino más intrincado. Por consiguiente es una actividad progresiva en estos términos. Esto suena demasiado fácil, tanto que podría ser una trampa, y por consiguiente es pasado por alto a cambio de una creación de la realidad mucho más ilusoria y llena de lucha. De hecho, muy pocos conscientemente saben cómo crear éxito, y muy pocos saben cómo divertirse.

Simplemente atestigua el mundo a tu alrededor con todo su enojo y todas sus heridas y toda su miseria. La gran mayoría de quienes habitan en tu planeta todavía tiene que aprender estas dos cosas, y ustedes lo han estado intentando durante varios cientos de miles de años. Quizás suene fácil, pero ciertamente no se ha estado demostrando que lo sea.

Muchas personas confunden intrincación con dificultad. La realidad es intrincada. Ustedes la hicieron así. El que sea intrincada, sin embargo, no significa que tenga que ser difícil. Nadie quiere que la vida sea difícil y los alentamos a vivir con facilidad. En su búsqueda de facilidad, muchos no sólo intentan reducir la dificultad, también eliminan la intrincación. Abogan por la sencillez por encima de todo, por encima de la intrincación, y más triste aún, enfatizan la sencillez por encima de la precisión. Cuando la sencillez toma el lugar de la intrincación y la precisión, tu metafísica se llena de manera perogrullesca de “siempres” y “nuncas”. Tu espiritualidad se llena de dogmas. Eso es lo que le sucedió a la espiritualidad tradicional. No permitas que eso le suceda a la Nueva Espiritualidad.

No es precisamente cambiar, sino expandirse sería un término más apropiado, absolutamente. Cuando uno aprende a divertirse y alcanza ciertos niveles de éxito, es cierto que existe el deseo de buscar y estirarse y tratar de alcanzar más. No se trata de una manera codiciosa. Más bien se trata de un sentido de curiosidad. No se trata de un sentido de posesividad, sino de un sentido de celebración, para divertirse más y tener más éxito. Te expandes más allá de ello a fin de aprender a divertirte y a crear éxito en niveles aún mas altos e intrincados de evolución. Estos dos enfoques, estas dos razones de ser, se aplican a todas las consciencias en crecimiento. Desde la más simple célula hasta la más intrincada estructura celular, hasta más allá de aquello que es celular y hacia los niveles de energía de la consciencia, existe el deseo de aprender a divertirse y aprender a crear éxito conscientemente.

Y sí, si implica una transformación, implica expandir tus yoes físico, mental, emocional e intuitivo. A la larga, la diversión y el éxito significan alcanzar y encontrar a tu Yo Futuro y luego a tu Yo Superior. Aprender a divertirse a fin de cuentas significará alcanzar y tocar a Dios/Diosa/Todo Lo Que Es.

¡Tú estas aquí para aprender a divertirte! Tú has creado una forma física, y un mundo físico en donde colocarla. Tú has creado toda tu realidad para darte a ti mismo la oportunidad de aprender, de aprender a divertirte. En la Nueva Espiritualidad tenemos como misión, el propósito de conectarte con tu Yo Superior y/o de llegar a ser uno con la Fuente. Suena mucho más razonable, mucho más valioso y viable. La clase de diversión de la que hablamos es totalmente valiosa y totalmente viable. Es la clase de diversión derivada de consumar las lecciones que has escogido experimentar y de satisfacer los destinos que has elegido explorar.

Tu enfoque espiritual, tu espiritualidad, se trata enteramente de tu relación viva, palpitante, amorosa y acogedora con Dios/Diosa/Todo Lo Que Es. Esto es de lo que se trata aprender a divertirse.

Tu propósito, misión, tarea, tu enfoque, no sólo tiene que ver con el logro, también tiene que ver con los medios para lograrlo. No sólo tiene que ver con tener éxito, también tiene que ver con la manera en que tienes éxito. Tu puedes crecer a través de las luchas y penurias de la vida. Algunos de ustedes necesitaban hacer eso. Algunos aún sienten la necesidad de luchar y sufrir. Sin embargo, también tienen la elección de crecer a traves del amor y la alegría. Ambas te llevan ahí, pero ¿cual será más divertida? Todos tienen el mismo enfoque, aprender a divertirse. Sin importar qué tanta lucha tú pienses que se requiere, sin importar cuán doloroso sea el camino que tú decidas que debes tener, la meta, la culminación de tu aprendizaje, es alcanzar un estado de paz. Paz. ¡Eso es divertido!

Existen cuatro claves para entender este enfoque primario.

Primero, aprende. Aprender a divertirse significa ser responsable de lo que “funciona” en tu vida. Significa averiguar los “porqués” y los “cómos” de la creación de la realidad, de tal forma que la diversión que tengas sea la diversión que tú sepas que creaste, diversión autogenerada. Nunca tendrás que preguntarte si durará, por que tú la creas, tú eres la fuente de la diversión, luego de la felicidad y finalmente de la alegría que estás teniendo en tu vida.

En segundo lugar, define. Define la diversión continuamente, no es estática, es fluida, siempre cambia. Lo que te divertía a los 5 años no es lo que te divierte a los 15 años, ni a los 30. Tus conceptos actuales son únicos, a medida que despliegues tu futuro, tus imágenes actuales de la diversión también cambian. Es vital que definas y vuelvas a definir lo que para ti significa “diversión” y lo que para ti significa tenerla.

En tercer lugar, equilibra. A ti te corresponde elegir y decidir no sólo qué es divertido sino cuándo es divertido. A ti te corresponde equilibrar la diversión a largo plazo y los placeres a corto plazo. Te corresponde distinguir entre los sentidos del niño interno, del adolescente, del adulto joven y del adulto espiritual de “¿qué es la diversión?” Aprender a divertirse tiene que ver con aprender, definir y equilibrar la diversión autogenerada. Tiene que ver con crear tu propia realidad y ser positivamente responsable de dicha creación.

En cuarto lugar, merece. La última clave para entender el enfoque primario de divertirse es también el principal bloque para su satisfacción. Tu puedes aprender, definir e incluso equilibrar lo que es la diversión para ti, puedes procesar y programar, puedes trabajar con una miriada de técnicas, puedes ser responsable y gozar del poder implícito en esa responsabilidad, puedes aprender y trabajar con los obstáculos psicológicos y metafísicos que te separan de la realidad que pides, sin embargo, si tu no piensas que mereces, todo lo anterior serán ejercicios intelectuales que rápidamente se volverán ejercicios de frustración y futilidad. La carencia de merecimiento se infiltra en tus creencias y actitudes, en tus pensamientos y sentimientos, y en tus elecciones y decisiones. Tu no sientes que mereces, un enfoque primario que parece ser lo bastante fácil de lograr acaba de ser puesto fuera de alcance, puesto que está más allá de tu creencia y por consiguiente de tu elección, “no puedes llegar allá desde aquí”.

Existen varias razones poderosas por las que el merecimiento está afuera de la matriz de la creencia/elección.

1. Fuiste enseñado. Por padres, lideres espirituales y compañeros que tú no mereces, especialmente no mereces divertirte. No necesariamente fueron malintencionadas, mucho de lo que te enseñaron fue lo que ellos aprendieron y lo que ellos pensaban que te “protegería” de un mundo que ellos no entendían y por consiguiente un mundo que parecía ser “el enemigo” Ellos no querían elevar tus esperanzas para luego verlas desvanecerse, ellos no querían que fueras herido, así que te enseñaron que tú no merecías. A veces tenían malas intenciones, por celos, por envidia, posesividad y miedo, algunos tuvieron la intención de aprisionarte en sus limitaciones. Por el motivo que haya sido, fue enseñado, y ahora tu puedes “desenseñarte” a ti mismo.

2. Te acosan los enojos, heridas y resentimientos del pasado. Muchos son perseguidos por el espectro del pasado. De niño estabas tan enojado que deseabas que tu madre estuviese muerta. Adormeciste al dolor con el odio, le colocaste las riendas del resentimiento a la angustia, sintiéndote solo, te castigaste a ti mismo. Decidiste que no merecías ser feliz ¡jamás! y aún vives de acuerdo a esa decisión. Te acosa el pasado.

3. Te sientes culpable. Según tú, no mereces, la posibilidad de felicidad, la posibilidad de divertirte, es aterradora, es una amenaza. Aquí yace tu falta de merecimiento si te descubres sintiéndote culpable cuando las cosas salen mal, y aún peor, más culpable, cuando las cosas salen bien. ¿Estás pidiendo perdón constantemente por estar aquí, por estar vivo?

4. Estás atrapado en el circulo vicioso del “merecimiento”. Llegas a darte cuenta de que la carencia de merecer es el problema. Eres elocuente y claro con las razones de por qué no mereces. Incluso has trabajado en volver a aprender lo que el niño interno aprendió erróneamente, has liberado los perturbadores enojos, heridas y resentimientos, y te has liberado a ti mismo de la culpa, sin embargo aún no sientes que mereces. Por que si merecieras, te dices a ti mismo, ¡lo habrías resuelto hace mucho tiempo! Tú dices que no mereces por que aún no te sientes meritorio. Continúas diciéndote a ti mismo que si tú fueses una persona destinada a sentirse meritoria, ya lo habrías hecho. Envuelto en un ego negativo de “odiaría admitirlo”, estás atrapado en una realidad de “círculo vicioso”. A menudo te sientes como un tonto: “yo debería de saber esto. Yo ya debería haber hecho esto.” Créenos, sólo te sentirás más tonto si esperas siquiera una semana más, un mes más, si te sientes tonto ahora ¿cuánto más tonto vas a sentirte en un año? Admite tu tontería y tu desconcierto, rompe el círculo vicioso dándote cuenta de que no estás solo. Todo el mundo siente la carencia de merecimiento. Es parte de tu condición humana. Es parte de lo que estás aprendiendo a través del enfoque de aprender a divertirte.

5. Estás deprimido. La depresión es enojo que temes que te meterá en problemas por tenerlo. Muchos de los que están deprimidos en sus matrimonios o relaciones a menudo están enojados, pero temen represalias si hablaran del asunto. El enojo que es semilla de la depresión puede acumularse durante muchos meses o muchos años, o puede venir de un cambio rápido y repentino. Una de las maneras en que suprimes, reprimes, deprimes, ese enojo es negando la diversión. La niegas al rehusarla, o al elegir creer que está fuera de los reinos de la posibilidad o probabilidad. De cualquier manera, está más allá de tu alcance.

6. Careces de perfección. Has cometido errores y no te has perdonado, o estás esperando que te perdonen o te pidan perdón, o quizás has decidido que eres imperdonable, y tu has llegado a la conclusión de que no mereces divertirte. Erróneamente has decidido que tú podrás divertirte una vez que seas perfecto y no antes. Puesto que tú ya has cometido un error al menos, estás condenado. Si puedes descubrir la arrogancia en lugar de sentir la autolástima de esta posición, podrás liberarte de ella.

7. Tú decidiste que no amas “lo suficientemente bien”. Muchos han decidido que tanto la humanidad como ellos mismos en lo individual tienen el defecto fatal, una especie de pecado original, de una incapacidad de amar, puesto que no pueden amar, no pueden amar lo suficientemente bien, ellos no merecen nada y en especial no merecen divertirse. Ni tampoco, según ellos, lo merece nadie más.

Saber lo que te detiene, conocer los obstáculos y lo que son, puede ser el primer paso de encontrar tus propias soluciones. Divertirse no es el concepto ligero y superficial que tantos quieren pensar que es. Suena lo bastante simple, y no obstante tu realidad contradice esa simpleza sospechada. Después de tantas vidas, la diversión y el aprender cómo tenerla parecen tan elusivos como siempre.

Divertirse implica aprender a crear tu realidad, definir los medios y los fines que deseas lograr y adquirir, equilibrar el futuro y el presente contra el telón de fondo del pasado, y más que nada implica permitirte a ti mismo sentirte y luego ser meritorio.

Con un nuevo y mayor entendimiento: ¡Aprende a divertirte!

Muy bien, dejando claro que la razón principal para crearte a ti mismo y a tu mundo físico es: Aprender a divertirte. El otro propósito, misión, tarea esencial, o enfoque, es tan importante y elusivo como el primero.

El segundo enfoque es: Aprender a crear conscientemente el éxito. No tiene que ver solamente con ser exitoso, tiene que ver con aprender, con ser consciente, con definir exactamente lo que es el éxito para ti.

Crear la realidad es algo que ya haces consciente o inconscientemente. Todos crean su realidad conscientemente, algunos perdidos en el laberinto de la ignorancia o la ingenuidad, no lo saben, otros, apresados en las redes del miedo y el ridículo, lo niegan, y muchos, atrapados en la parálisis de estar en potencia, desean que fuese verdad.

La creación consciente de la realidad es como funcionas. La creación consciente del éxito es donde te enfocas.

Plantando semillas de consideración queremos ayudarte a entender con más claridad lo que el éxito realmente es para ti, y cómo ser capaz más concretamente de crearlo conscientemente para ti mismo.

Comencemos por ver lo que el éxito no es. Muchos de ustedes realmente no saben lo que es el éxito, se trata de uno de esos conceptos que se supone que debes “simplemente saber” y la humillación potencial predomina sobre la curiosidad, sin un entendimiento claro, continuamente buscas y nunca encuentras el éxito. En lugar de claridad, tu aceptas la definición de la realidad del consenso que piensa que el éxito significa mayor inteligencia, más merecimiento y “mejor que”, tú supones que el éxito acarrea el competir con otros y conquistar la escasez. El éxito es concomitante a la perfección en acción e intención, esto suena aceptable al comienzo, pero con el tiempo te das cuenta de que no estás satisfaciendo estos criterios, no importa que tan inteligente seas, hay otros que son más listos, tu no te sientes meritorio, y no importa a cuantos convenzas, tu no puedes convencerte a ti mismo de que tu mereces, de que tú realmente mereces tener éxito. No importa cuán firmemente te aferres a tus “mejores que”, continúan escapándose entre tus dedos, competir y conquistar no sólo son exhaustivos, también son aburridos, tu no eres perfecto, no, no lo eres. Para detener la erosión, tú simplificas tus definiciones de la realidad del consenso, el éxito significa tener más y mejor que, ser más y mejor que, hacer más y mejor que. ¡El éxito significa más…! Temblando ante el prospecto del fracaso, respiras hondo, te endureces y te lanzas al agua de nuevo. En vez de darte cuenta de que las definiciones son incorrectas, otra vez tratas de hacer que funcionen para ti. Algunos pasarán la vida entera en este carrusel, tratando de alcanzar algo que no existe, nunca existió y nunca existirá. Cualquier éxito que llegues a crear se siente como una chiripa que te puede ser arrebatada en cualquier momento. Tan doloroso como sea el fracaso, el éxito es más atemorizante. No existe el éxito verdadero en el carrusel. Algunos se bajan del carrusel a regañadientes al ser golpeados con el filo del fracaso, juzgan, castigan y concluyen que no sirven para nada. Ellos sienten y estan convencidos que fallaron y es demasiado tarde. Luego están aquellos que son forzados a bajar del carrusel al ser atrapados en el apacible vicio del autoengaño o perdiéndose en el laberinto de espejos de la grandeza. Se convencen a si mismos de que han satisfecho los criterios, y a la larga, cuando la euforia es reemplazada por el vacío perturbador se preguntan: “¿Esto es todo lo que hay?” y algunos, muy pocos, conscientemente se bajan del carrusel soltando las definiciones de la realidad del consenso, admitiendo que no saben lo que es el éxito, ellos entonces buscan un nuevo significado y crean su propia definición del éxito, de su éxito.

La forma mas eficaz de definir al éxito es establecer la esencia, la columna vertebral de lo que es el éxito. Al esqueleto del éxito debes de agregarle carne, sangre, musculo y nervio, y el pensar y el sentir del éxito. Tú debes de infundirles el aliento de vida a estas piezas del rompecabezas llamado éxito.

Existen siete componentes básicos para ser exitoso.

1. Primero está el poder. La definición más elegante del poder es la habilidad y la voluntad de actuar. El poder no tiene nada que ver con intimidación, control o manipulación. No tiene nada que ver con el deseo o los intentos de subyugar. “Poder” se a convertido en un eufemismo del miedo, cuando te confrontas con una persona que infunde miedo, con frecuencia la llamas poderosa, cuando te encuentras con una persona poderosa a menudo dices que infunde miedo, es muy extraño. El verdadero poder es tanto ser capaz como estar dispuesto a elegir y decidir, y a actuar sobre esas elecciones y decisiones. Es ser capaz y estar dispuesto a admitir tener actitudes (opiniones, evaluaciones y discernimientos) y creencias, y luego actuar conscientemente sobre esas actitudes y creencias.

2. La segunda pieza del rompecabezas es la creatividad y la productividad. La creatividad es generar y estimular la concepción y la percepción en ti mismo y/o en otros. Los niveles de productividad se miden por el monto de lo que aprendes sobre ti mismo. Hagas lo que hagas, si aprendes mucho sobre ti y sobre quien eres, entonces es productivo. Si aprendes poco o nada, entonces no es productivo. La productividad es una cualidad, no una cantidad.

3. Luego están el tener consciencia y la viveza. Conscisamente, el tener consciencia significa saber que tienes impacto. Algunos creen que es imposible tener impacto uno sobre otro, algunos lo limitan a no ser capaces de tener impacto negativo uno sobre otro, otros más conceden y se hacen cargo del impacto, ya sea que se suponga que lo tengan o no, en realidad si tienen impacto sobre las personas a su alrededor. Aunado a eso todo el mundo esta de acuerdo en que tienes impacto, al menos sobre ti mismo. Cuando sabes esto, cuando realmente sabes esto, adquieres consciencia. Cuando combinas 4 ingredientes muy especiales, sucede algo muy especial, obtienes la sinergía de la viveza, sinergía significa que el todo es más grande que la suma de sus partes, y en este caso la viveza es más que sólo partes iguales de amor, confiabilidad, expectativa y entusiasmo. Para llegar a estar realmente vivo es importante combinar la flexibilidad y la fluidez del amor con la fragilidad y la rigidez de la confiabilidad, luego es vital agregar y mezclar la maravilla de la expectativa y la chispa del entusiasmo. Mézclalos bien. Ten viveza.

4. La felicidad es la satisfacción de tus necesidades, y la alegría es la satisfacción de tus preferencias. El disfrute es la elegancia con la que llevas a cabo ambas cosas.

5. Muchos cometen el error de suponer que el éxito es tener recursos. En realidad, éxito significa tener acceso a los recursos. Hay quienes tienen dinero, pero no tienen un acceso verdadero a él o a lo que éste puede comprarles. Ellos no experimentan el éxito. Otros tienen mucho acceso al dinero como su único recurso. Ellos a menudo experimentan éxito limitado o superficial. La persona verdaderamente exitosa tendrá acceso expansivo a los recursos físicos y metafísicos. El éxito está al alcance de cualquiera que pueda cerrar los ojos, alterar su estado de consciencia, visualizar y manifestar en su realidad. Si están dispuestos, cada uno de ustedes tiene acceso potencial ilimitado a todos los recursos, potencialidades ilimitadas para el éxito.

6. Lo crítico para ser exitoso es la voluntad de aventurarse. En el mundo de la “Vieja Era” aprendes a ser guerrero, aprendes a confrontar, a pelear, a conquistar y tú dominas. En el mundo de la “Nueva Era” tú puedes aprender a ser un aventurero. Puedes aprender a tener encuentros, a entender, a trabar amistad y a transmutar con dominio. El éxito creado conscientemente implica, implica de manera integral, estar dispuesto a aventurarte en tu realidad y en tu mundo.

7. Dominio es una actitud y una creencia. Dominio es un punto de vista. Cuando estás dispuesto a crear tu éxito con Dios/Diosa/Todo Lo Que Es en lugar de esperar a que alguien lo haga por ti, ya estás en camino. Cuando estás dispuesto a estirarte y tratar de alcanzar el futuro en lugar de arrastrarte en el pasado, comienzas a sentir la excitación y la maravilla del dominio. Cuando eres capaz de ver y demostrar que primero tu mundo, y luego el resto del mundo, es un sitio amigable listo para apoyarte en lugar de acosarte, entonces tienes dominio. Y con el dominio tienes la última pieza del rompecabezas llamado éxito.

Empieza por hacer tuyas las siete piezas del rompecabezas como actitud primero. Siente, siéntete poderoso, creativo/productivo, consciente/vivo. Siente felicidad y alegría de una manera disfrutante. Siente que tienes acceso a los recursos y siéntete con la voluntad de aventurarte. Siente el dominio.

No esperes primero ser exitoso luego tener el sentimiento. Siéntelo primero, siéntelo primero. No apuntes a ser exitoso, no hagas el éxito el centro de tu blanco. No te enfoques al éxito, irónicamente, el secreto para crear éxito conscientemente es no convertirlo en el blanco central de tu deseo, expectativa o imaginación. Más bien logra los medios, apunta a ser poderoso, creativo/productivo, consciente/vivo, sentir felicidad y alegría de una manera disfrutante, a sentir que tienes acceso a los recursos, junto con una voluntad de aventurarte, y abre tu mente y tu corazón y siente el dominio. Apunta a los medios y permite que los fines les sigan. No le tires a los fines. Logra los medios y los fines les seguirán.

Es importante señalar los siete miedos principales al éxito:

1. Miedo a la Responsabilidad de crear, mantener y sostener el éxito una vez creado. Es más facil ser mediocre, porque siempre hay mejoras y elogios potenciales, pero, cuando obtienes la calificación más alta, sin embargo, debes mantenerla y sostenerla. El elogio inicial rápidamente se convierte en murmullos y luego se calla.

2. Miedo a la Libertad del Pasado. A menudo tienes pactos de fracaso-lealtad hablados o no hablados con la familia, los amigos o con una imagen destructiva de ti mismo. Al ser honrados te aprisionan. Corta los pactos.

3. Miedo al Aburrimiento, miedo a que la vida pierda su sabor y atractivo. ¿Después del éxito que sigue? El no saberlo puede asustarte.

4. El Miedo a la Usura/Traición acompaña al éxito. Cuando ves una persona exitosa y piensas que esta bien usarla porque “puede pagarlo” o “a estas alturas ella debería esperar que así sea”, tú estas poniendo tus propios miedos en movimiento. Cuando tú piensas que serás más amable, más atento, o que reirás un poco más con una persona exitosa porque ésta es exitosa, cuando quieres estar cerca de una persona exitosa con la esperanza de que “se te pegue” o que te beneficiarás por estar “en su trayectoria”, tú estás creando tus propios miedos a ser usado y/o traicionado cuando llegues a ser exitoso.

5. El Miedo a la Soledad es como una neblina. Gran parte de tu interacción con amigos tiene que ver con superar el fracaso o con crear éxito. Una vez logrado ¿de que hablarás? ¿Cual es el cimiento de las amistades? ¿Hay espacio para ser exitoso? Cuantas veces has escuchado “Si, pero ¿son felices? Quizás son ricos, pero mira qué solitarios…”

6. El Miedo a la Visibilidad asusta a muchos. Hay un miedo a la crítica y al ridículo. Hay un miedo a la humillación y al rechazo, no por fracasar, como dijimos ya has hecho eso muchas veces, sino por tener éxito.

7. El Miedo al Futuro crea su propio limitante del éxito. El problema no es que el mundo será destruido y que no habrá futuro, más bien el problema es que el mundo no será destruido y que habrá un mundo y un futuro por los que tú serás responsable.

Dimensionando el éxito, el cubo del éxito consta de altura, anchura y profundidad. La altura es cuánto presitgio, dinero, posición, posesión o … El criterio se establece de acuerdo a tu imagen externa, tu valoración de como te vean los demás y cómo quieres que los demás te vean. también está determinada por tus creencias y tus actitudes acerca de ti mismo, acerca del éxito, y acerca de la relación entre las dos. La anchura de tu éxito es una medida de cuántos, una medida del número de áreas en las que te permites a ti mismo la experiencia y el beneficio del éxito. Algunos serán exitosos en el trabajo, con una vida familiar o personal muy poco exitosa, o viceversa. Algunos serán magníficos intelectualmente y torpes emocionalmente, pero no viceversa. La anchura esta basado en tu merecimiento, que tanto honestamente piensas y sientes que mereces ser exitoso. También es la manifestación de tus pensamientos y sentimientos acerca de los conceptos y los hechos del éxito. La profundidad del éxito, es la dimensión que la mayoría ignora. Si te elude el significado de la profundidad te elude también en la vida. Profundidad es la riqueza emocional y estética que TU recibes del éxito. Es la creatividad y productividad que estimulas en ti mismo. Es la esperanza y la valentía que el éxito, con toda su altura y anchura, te otorga. Es la paz.

Tu das amor y trabajas por recibir amor. ¿Cuán a menudo te detienes y simplemente te dejas ser amado? ¿Cuán a menudo te permites a ti mismo cambiar por que sabes que alguien te ama? Esa es la riqueza, la profundidad, del éxito.

Esta elusiva dimensión viene de las elecciones y decisiones que haces acerca de ti mismo y de tu interacción, tu acción recíproca, con el éxito. Las elecciones y decisiones que haces acerca del encuentro con el éxito definen la profundidad. Tu profundidad también está determinada por tu imagen interna, no cómo quieres que otros te vean, sino cómo honestamente te ves a ti msimo. La falta de profundidad es por lo que tu éxito nunca es suficiente aunque te digan que deberías sentirte feliz. La frustación de la insatisfacción es una falta de mi noprofundidad. Los círculos que nunca se vuelven espirales, cuando sientes que estas dando vueltas y vueltas y quedándote en el mismo lugar, nunca mejorando, nunca aprendiendo más, o nunca expandiendote, los círculos que nunca se vuelven espirales definen la superficialidad. La superficialidad acosa. La falta de profundidad acosa, erosiona y a la larga conquista al éxito. Todo éxito. Ya sea miedo a las alturas del éxito, a la anchura del éxito o a la profundidad del éxito, date cuenta, soluciona y avanza.

El cubo del éxito lo creas a partir de las materias primas de la realidad, creencias/actitudes (altura), pensamientos/sentimientos (la anchura), y decisiones/elecciones (la profundidad). También lo conforma tu imagen externa e interna y tus cuestiones de merecimiento.

Acepta que has creado cubos usando las materias primas y substancias, las tomaste y procediste a usarlas. Perdónate a ti mismo por el Cubo y los Cubos que has creado. Perdónate a ti mismo por vivir ahí. Perdónate a ti mismo por la prisión que hiciste y por aprisionarte a ti mismo. Otórgate a ti mismo el permiso de cambiar.